lunes, mayo 13, 2013
viernes, julio 08, 2011
sábado, abril 23, 2011
sábado, febrero 19, 2011
mi vecino es un espectro
Vivo en un edificio en un primer piso.
Sufro insomnio a menudo, desde casi siempre en realidad, y acostarme a las tres, cuatro o cinco de la madrugada es para mí algo natural.
En el segundo piso, "Dpto. B", no vivía nadie ya que el dueño se había mudado muchos años atrás; sin embargo todas las noches muy de madrugada, mientras aprovechaba en leer algún libro, podía escuchar el sonido de canicas rodando sobre el piso, era cotidiano, casi toda la noche las canicas rodaban y también otras veces, se escuchaba un sonido similar a cuando alguien patea un balde con furia; tal vez podría ser mi imaginación, pero vecinos de otros pisos también comentaban oír exactamente los mismos ruidos.
Tiempo después el departamento fue alquilado a unas muchachas que venían de la selva.
Una vez al regresar a casa, me las cruce en el pasadizo y escuche que una de ellas le comentaba a la otra “algo pasa acá, clarito vi que la silla se movió sola".
Las muchachas estuvieron viviendo un par de meses, luego se marcharon.
Los ruidos cesaron un tiempo, y todo parecía estar en normalidad.
Posteriormente una noche, ya muy tarde mientras dormía, sentí nuevamente el sonido de las canicas, pero esta vez las podía escuchar cada vez más cerca, como si estas hubieran descendido a mi habitación, intente no hacer caso y me esforcé en dormir; esa noche recuerdo haber tenido un sueño muy extraño: _estaba en mi habitación, en mi cama durmiendo y al querer despertar no podía moverme, como si me hubiera dado una parálisis, las frazadas me cubrían hasta la cabeza y tuve la sensación de que un ser pequeño (algo así como un duende o un niño) subía sobre mí por encima de las sabanas y me observaba detenidamente_ luego de algún tiempo logré despertarme sobresaltado.
Tal vez haya sido sugestión, pero desde aquella vez, los sonidos cesaron.
Actualmente en el dpto. B, vive una familia;
Aún no he encontrado la oportunidad y confianza necesaria para preguntarles_ ¿por casualidad sus sillas se mueven solas?
martes, enero 04, 2011
El regalo Prometido
-Yo no voy al centro de Lima en vísperas navideñas- esa es y ha sido mi ley en muchos años, prefería comprar los regalitos en establecimientos más cercanos y no importaba tener que pagar algo más.
Por esos días y debido a una saturación de labores en mi trabajo, no tuve tiempo de hacer compras anticipadamente, así que como muchos, deje ese tema para la última hora.
Días antes le pregunte a mi sobrino de 4 años, que era lo que deseaba por regalo en navidad, me respondió con convicción: -la espada de star wars.
Al averiguar el precio en los centros comerciales formales me di cuenta que ese regalo estaba fuera de mi presupuesto, pero igual quería darle esa alegría a mi sobrino y en parte, debo confesar, a mí también pues soy admirador de esta serie de películas.
Un amigo del trabajo me comento que en el centro de Lima, vendían la versión “pirata” a un costo bastante módico y con una calidad casi cercana al original, así que rompiendo la ley auto impuesta, me aventure a ir de compras al centro de Lima a previas horas de la noche buena.
El plan de compra consistía en levantarme temprano, ir a la galería a mas tardar 9 de la mañana, conseguir el juguete y salir como el halcón milenario cuando escapa a la explosión de la estrella de la muerte; sin embargo al día siguiente, debido a un sueño acumulado de varios desvelos laborando, me levante a mediodía.
Ya en el microbús camino al centro, pude notar el espíritu navideño por 2 razones:
Primero: me cobraron 50% más el pasaje. Segundo: El tráfico era tal en la avenida Abancay, que el chofer giro por unas calles contiguas para salir de ese atolladero.
El calor se conjugo cómplice de ese caos y pensé que una gran idea del marketing seria convertir al destartalado microbús, en un moderno sauna móvil, pues si alguien se proponía bajar de peso para estas fechas, el sauna móvil sin lugar a dudas, sería la solución ideal.
Cuando baje del microbús, una imagen de años atrás volvió a mi mente y fue que mientras caminaba por un parque pude observar un caramelo tirado en la vereda con muchas hormigas sobre este, formando una mancha oscura que se movía desordenadamente; pues bien, hoy me sentí como una de esas hormigas, parte de una gran mancha, caminando con un objetivo establecido.
Al llegar a la entrada de la galería, y al ver a todos esos seres humanos apretujándose, chocándose y contorsionándose entre sí, un pensamiento egoísta recorrió mi mente -Mejor me regreso, le compro a mi sobrino un carrito en el mercadillo del barrio y me evito este calvario-. Sin embargo pudo más mi convicción de tío y me lance sobre esa piscina humana.
Recorrí los cuatro pisos de esa galería y cuando logre llegar al último empecé a creer que todo mi esfuerzo había sido vano, pues el juguete al parecer, se había agotado; pregunte al encargado de un stand si sabía dónde podía conseguir la famosa espada Jedi, a lo cual me respondió: -tal vez puede que la encuentre en el sótano - y es que al llegar a la galería opte por subir, pero no atine a bajar a ese bendito sótano, así que descendí, todo lo que me costó subir.
Al llegar al sótano pude percibir un calor extremo, respire aire que ya había sido respirado antes por alguien o varios más, me apretuje entre la gente e imagine que tal vez estaba en medio de un mal sueño, y de pronto al final de un largo pasillo, logre divisar en un stand el regalo prometido “la espada laser”.
Lo compre sin dudar, no solicite rebaja, y ya una vez que la espada de plástico estuvo en mis manos, cumplí mi promesa de salir raudo como si el lugar fuera a explotar.
Horas después lo envolví en papel de regalo, con ilusión de ver a mi sobrino abrir su obsequio; y cuando dió la medianoche, luego de los saludos familiares respectivos, así sucedió; fue una gran alegría para él, así que compre 3 pilas para que encendiera y jugamos un rato a ser caballeros Jedis con la espada iluminada y vibrante.
Al día siguiente mi sobrino fue de visita a casa de sus primos, y por supuesto llevo su espada laser consigo; ya de regreso en la noche, vi el mango de la espada dañado sujetado por una cinta esparadrapo negra para que no se dispersen las piezas, el botón de encendido hundido y parte del plástico rajado.
No sé si podrá repararse y algún día el sable laser vuelva a iluminar; pero sin lugar a dudas reafirmo mi frase inicial -yo no voy al centro de Lima en vísperas navideñas-.
viernes, diciembre 10, 2010
"Sueña tu Suerte" Gana VII Concurso de Historietas PUCP
Ganadores del VII Concurso de Historietas PUCP
El jueves 9 de diciembre a las 8:00 p.m. se llevó a cabo la Ceremonia de Premiación del VII Concurso de Historietas PUCP, en el aula 203 del pabellón Z. Este evento contó con la asistencia de los finalistas, sus familiares y amigos; además de alumnos, profesores y autoridades de la Facultad.
En esta séptima edición el jurado nombró ocho historietas finalistas. De ellas, cuatro fueron premiadas en reconocimiento a su originalidad, esfuerzo, calidad y
uso de recursos narrativos y artísticos.
Víctor Casallo, Secretario Académico de la Facultad de Ciencias y Artes de la
Comunicación y responsable del Concurso de Historietas PUCP, fue anunciando uno
a uno a los ganadores de cada categoría, quienes recibieron sus premios de manos
de James A. Dettleff, Giuliana Cassano, Ángel Colunge y Pablo Espinoza, jurados
del concurso y profesores de la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación.
Categoría Público en General:
Primer Lugar: "Sueña tu Suerte",
de Jean Carlo Ríos Moreano.
Segundo Lugar: "El Churre",
de Constantino Ojeda Curay.
Mención honrosa: “Solo quedamos nosotros”,
de Arcadio Bolaños Acevedo.
Mención Honrosa: “Sin Superhéroes”,
de Aldrein Hari Ayala Silva y
Pedro Chuquizuta Guzmán.
Categoría Escolares
Primer Lugar: “Teoría del Caos”
de Jairo Rosenthal Rojas, del Centro Educativo Particular Aplicación San Marcos.
Segundo Lugar: “Se busca Komagotchi”
de Romina Pretto Martínez del Centro Educativo Particular San Ignacio de Recalde.
Mención honrosa: “Love, Nice to meet you”,
de Natalia Ayumi Ugamoto y Orlando
Nieto Chumbipuma del Centro Educativo San Alfonso.
Mención Honrosa: “Alouette”,
de Ana Paula Pérez del Centro Educativo Isabel Flores de Oliva.
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